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El Amontillado y el tesoro del Odyssey. Blog Odyssey Manu

El Amontillado y el tesoro del Odyssey.

por Manuel Fernández

Un tesoro disputado y un capitán destacado.

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Barco de Odyssey

Toda historia tiene un inicio. La nuestra comienza en aguas cercanas a la Bahía de Cádiz. Estamos en el año 2007.  La empresa “cazatesoros” Odyssey Marine acaba de localizar parte del cargamento de la fragata española Nuestra Señora de las Mercedes. Son más de 500.000 monedas de plata y oro, además de algunos restos de objetos pertenecientes a la tripulación.  Rico conjunto arqueológico que había dormido por unos dos siglos, hundido a unos 1.500 metros de profundidad.

Tras un largo litigio, en el que los tribunales norteamericanos reconocieron a España su verdadero derecho sobre dichos bienes, se ordenó su inmediata devolución a nuestro país. Esto ha supuesto un importante precedente internacional en la defensa del Patrimonio Arqueológico Subacuático. Una parte de estas monedas pertenecían a la riqueza personal que D. Diego de Alvear, nuestro protagonista, había acumulado tras años de servicio en el Rio de la Plata. Pero dejemos los asuntos burocráticos en manos de jueces y abogados.

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Viajemos ahora al 5 de Octubre de 1804, en aguas cercanas, a 30 millas del cabo de Santa María de Portugal, cuatro fragatas españolas, la Medea, la Fama, la Clara y la anterior citada, Nuestra Señora de las Mercedes, regresan tranquilamente a nuestro país procedentes de Montevideo cargadas con los caudales recolectados para la corona española. De repente, en las cercanías del cabo de San Vicente, al sur del país vecino, van a ser atacadas e interceptadas por otras cuatro fragatas inglesas, incumpliendo el Tratado de Paz de Amiens firmado en 1802 por Francia, España y Reino Unido.

Los británicos tenían la determinación de que estos caudales no llegasen nunca a manos de Napoleón, su más acérrimo enemigo. No hay marcha atrás para los ingleses.

Ante la negativa de rendición y entrega de los mandos españoles dirigidos por el Brigadier Bustamente, Sir Graham Moore, al mando del contingente británico, se lanza al ataque.

En medio del combate, Nuestra Señora de las Mercedes explota violentamente lo que decanta la victoria hacia las naves inglesas que, finalmente, capturan a las otras tres fragatas españolas.

Además de la derrota, se han perdido 275 vidas, entre ellas la primera mujer y siete de los ocho hijos del entonces capitán de la Medea. Un personaje clave en la historia del viñedo montillano, totalmente vinculado a uno de los estilos vinícolas andaluces más destacados y más singulares a nivel internacional, D. Diego de Alvear y Ponce de León, como ya hemos visto antes, nuestro protagonista.

D. Diego, que en un principio viajaba como pasaje civil en la Mercedes, se había trasladado a la Medea al ser nombrado segundo jefe de la división de las cuatro fragatas, sustituyendo a D. Tomas Ugarte que tuvo que desembarcar en Montevideo al ponerse enfermó. Éste hecho lo salvó a él y su hijo Carlos Alvear y Balbastro, que sería el único hijo superviviente de su primer matrimonio. Todo este episodio condujo finalmente a la Batalla de Trafalgar.

Nace la primera bodega andaluza: Alvear.

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Bodegas Alvear

Pero ¿Quién fue este importante militar y político, nacido en Montilla en 1749 y con qué estilo de vino estará para siempre unido?

Para responder a esta pregunta viajemos primero a tierras riojanas. Corría el año 1697, más concretamente el 18 de Julio, cuando nace en Nájera D. Juan Bautista García de Alvear y Garnica que con el tiempo llegaría a convertirse en alcalde del Estado Noble de Nájera, lo que supuso su posterior traslado a Córdoba como Administrador de las Rentas Reales.

Ya aquí, en la ciudad califal, se casaría en segundas nupcias, relación de la que nacería D. Diego de Alvear y Escalera en Fuente Ovejuna el año 1697. D. Diego se trasladó a Montilla en 1729 donde adquirió viñedos.

Había nacido su afición por el campo, la viña y el vino que le llevó a crear una pequeña bodega que puso los cimientos del nombre comercial que ha perdurado desde entonces y que, actualmente, dispone de una capacidad de crianza de 5 millones de litros en botas de roble distribuidas en diferentes bodegas, cada una con su propio nombre.

La economía montillana que Alvear encontró a su llegada, continuaba sustentándose en una agricultura basada en el triunvirato mediterráneo del olivar, cereal y viñedo, que siguen siendo, en la actualidad, los principales cultivos de la comarca.

Debido a una mayor importancia del olivar, D. Diego, inicialmente buscó negocio construyendo un molino de aceite, al obtener licencia del marquesado de Priego para construir dicho molino, siendo una de las primeras personas, no congregación religiosa, al que el marqués de Priego otorgaría esta licencia. A pesar de ciertas vicisitudes, el vínculo con el olivar en la familia Alvear se ha mantenido por mucho tiempo, pero no nos desviemos de nuestra historia.

La saga continua: La creación del mito Alvear. 

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Don Diego de Alvear y Ponce de León

El siguiente personaje fue D. Santiago de Alvear, hijo del anterior que ayudó a su padre con el negocio familiar al que pronto otorgó de cierto prestigio. Pero fue el nieto de D. Diego de Alvear, D. Diego de Alvear y Ponce de León quien se convirtió en el verdadero protagonista de nuestra historia.

Sí, aquel que dejamos capitaneando la Medea y viendo morir a su primera esposa e hijos y que compaginó su vocación vinatera con una azarosa vida militar y política. Así, tras ser capturado en este episodio bélico por los británicos, fue hecho prisionero con honores y privilegios en este país, donde también conoció a su segunda esposa, Luisa Rebecca Ward con la que contrajo matrimonio en Montilla en 1807 después de haber sido liberado en 1805.

El mismo año de su matrimonio, entra al mando de las unidades de artillería en la defensa de Cádiz frente a los franceses que habían invadido España en 1808 pasando de aliados a enemigos. Lo primero que lograría sería la rendición de la flota de Rosilly internada en la Bahía de Cádiz, en junio de 1808. También logró reorganizar las milicias de Cádiz, un cuerpo de 2000 voluntarios, los “Voluntarios distinguidos de Cádiz”.

En marzo de 1810, D. Diego de Alvear es nombrado gobernador político-militar de la Isla de León (hoy San Fernando), último baluarte de la defensa española y sitiada por el ejército francés durante treinta meses.

Un estilo singular en el mundo: El Amontillado.

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Amontillado Alvear

Y es aquí que presentamos al segundo protagonista de nuestra historia. Un estilo de vino andaluz que constituye la gran aportación del viñedo español al patrimonio vinícola internacional.

Es D. Diego de Alvear quien comienza a enviar vino Amontillado en su estancia en la provincia de Cádiz a Jerez.  Gracias a sus importantes relaciones con la alta sociedad española que se concentró en Cádiz y con los altos mandos británicos que también andaban por allí.

Durante estos años, la casa de D. Diego de Alvear se convirtió en el centro de reunión social de esta ciudad, lo que ayudó a dar a conocer sus vinos en esta provincia.

Aquí surge el gusto jerezano por esta tipología de vinos generosos, que ya habían empezado a producirse casi desde el inicio de la bodega Alvear. Eran vinos finos “muy hechos al estilo de Montilla”, que en Alvear desde siempre habían tomado como seña de identidad en la exportación, manteniendo que los vinos no se necesitaban mezclar con nada para producir vinos con graduaciones por encima de los 15 grados, cosa que no sucedía ni sucede en Jerez y donde los vinos son encabezados para su exportación.

Éste es el germen de la palabra Amontillado.  El estilo de hacer vino en Montilla, donde se les dejaba envejecer más, algunos de ellos por mucho tiempo, llegando a convertirse en lo que actualmente llamaríamos Amontillado.

Vinos que pasarían, por tanto, por tres etapas, la primera fermentación alcohólica, la segunda biológica por el desarrollo de la flor y cuando ésta se agotaba, una crianza oxidativa. Un estilo que gustó tanto a los bodegueros jerezanos que comenzaron a producirlo intentando seguir el sistema cordobés.

Y hasta aquí nuestra historia. Luego vendría el Primer Liberalismo Andaluz y el desarrollo de las bodegas históricas gracias a, entre otros factores, a las desamortizaciones, y las diferentes réplicas del estilo en Jerez, hecho en el que cobra buena importancia el cambio del sistema de añada por el de criaderas y soleras, pero eso ya es otra historia que debe ser contada más pronto que tarde.

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Manuel Fernández

4 comentarios en “El Amontillado y el tesoro del Odyssey.”

  1. Santiago G.P.

    Gran relato histórico, mejor descrito imposible Manuel un gran placer siempre un abrazo desde Canarias #FeelWine .

    1. Hola Santiago! Muchas gracias por tu comentario en el blog. Le transmitiré a Manuel tus palabras que seguro agradecerá como yo. Desde aquí te invito a que escribas un artículo para nuestro blog cuando gustes, tienes las puertas abiertas siempre. Tú también eres un gran comunicador del vino, y seguro que nuestros alumnos estarían encantados de leerte. Un abrazo

    2. María Ferrer

      Que bonito relato y que bien contado. Sin duda , los enamorados del Amontillado, tenemos muchas razones para ello. Muchas gracias, Manuel. Un gusto . De una malagueña viviendo en Madrid .

      1. Hola María! Muchas gracias por tu comentario. Me alegro mucho que te haya gustado el relato. Manuel es un gran apasionado del vino y su historia, y ha hecho un gran trabajo de investigación para este artículo. Se lo transmitiré de tu parte. Un abrazo

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