¿Te interesa trabajar en el mundo del vino? ¡Entonces prepárate, porque es el momento!
El sector de la hostelería ofrece cada día más oportunidades para los sumilleres.
Es realmente apabullante la cantidad de ofertas de trabajo para sumiller que leo o escucho a diario. Y me pregunto…¿esto es bueno?
Sinceramente creo que si.
Ayer, sin ir más lejos, me contactaron cuatro establecimientos para preguntarme si conocía a algún/a sumiller disponible para trabajar. Y les tuve que decir que no.
Hoy por hoy conozco a muchos compañeros/as de oficio, pero no sé de ninguno disponible.
Eso quiere decir que existe una clara demanda de empleo en esta especialización y que está en constante crecimiento.
Los restaurantes de todo el mundo buscan profesionales capacitados en el vino y su servicio para complementar su oferta gastronómica y mejorar la experiencia del cliente.
Seguro que has escuchado esa frese: “para camarero, cualquiera vale…” nada más lejos de la realidad.
La figura del sumiller en la hostelería española es muy reciente. Hace apenas veinte años, en la mayoría de establecimientos hosteleros el vino era servido por el encargado o por un camarero, actuando por intuición y sin formación específica en el vino. Solo la buena voluntad y el sentido común suplían a la falta de conocimiento. Como me sucedía a mi hace ese mismo tiempo.
Las posibilidades de formación eran mínimas y solo algunos valientes pioneros del oficio de sumiller comenzaban a abrirse paso en este camino.
Custodio López Zamarra, Jesús Flores, María José Huertas, Javier Gila, Gemma Vela, Luis Miguel Martín, Rafael Sandoval, David Robledo, Luis García de la Navarra…son algunos de los primeros sumilleres que comenzaron a allanar el camino a los que llegamos después.
Ellos lo tuvieron mucho más difícil que nosotros, por elegir dedicarse a un oficio desconocido por la mayoría.
Y te preguntarás…¿cómo estudiaban?
Pues no lo tenían tan fácil como ahora. No había cursos de sumilleres, ni tampoco webs especializadas en el vino, redes sociales, apps, ni tantos libros como tenemos ahora para poder formarnos.
Sus posibilidades de formación se centraban en unos pocos libros (que además la mayoría eran en inglés o francés) o en sus viajes.
A ellos les debemos mucho de lo que este oficio es hoy. GRACIAS
Todo esto ha dado un cambio enorme el los últimos años. Ahora, el oficio de sumiller es reconocido y valorado.
Actualmente existen multitud de opciones para aprender sobre el mundo del vino, para todos los gustos, objetivos, necesidades y bolsillos.
Y el sector hostelero y hotelero no deja de crecer, ofreciendo nuevas oportunidades laborales a todos los que estén dispuestos a unirse.
Pero esta demanda de sumilleres con habilidades y conocimientos avanzados en vinos, no solo está en aumento debido al crecimiento del sector de la hostelería, sino que también crece por la tendencia hacia una mayor conciencia y apreciación del vino por parte de los clientes.
Un sumiller es responsable de la selección, adquisición y presentación de los vinos en un restaurante. Esto incluye la elaboración de cartas de vinos, la recomendación de vinos a los clientes y la creación de maridajes con los platos del menú. Además, también se encarga de la gestión de la bodega que incluye mantener y cuidar el inventario de vinos del restaurante y, por supuesto, generar beneficios al negocio con la venta del vino.
Porque no olvidemos que somos vendedores, y debemos dar beneficio a la empresa.
Podemos ser unos hachas catando, saber todos los Grand Cru de Chablis o las comunas de Barolo, pero si no gestionamos correctamente la bodega y no damos números positivos a final de mes, no interesamos a la empresa.
El sumiller no solo es demandado en restaurantes de lujo, sino que también podrá requerirse en otros modelos de negocio como: restaurantes tradicionales, hoteles, bodegas, tiendas especializadas, tabernas…
Además de las oportunidades de empleo, las condiciones laborales en este sector están mejorando cada día. Los restaurantes ven la alta rotación de personal, y para fidelizarlo y que no se vaya, están ofreciendo cada vez más beneficios y oportunidades de desarrollo a sus empleados, con mejores horarios y salarios competitivos.
También debes saber, que ser sumiller es una profesión exigente que precisa una gran cantidad de conocimientos y habilidades en vinos, así como una gran capacidad de trabajar bajo presión y tener un excelente trato con el cliente.
Es un trabajo que requiere estar siempre alerta y actualizado para poder ofrecer un servicio de calidad.
El trato con el cliente es una parte fundamental, ya que el sumiller debe usar su conocimiento y psicología para saber recomendar y guiar a los clientes a través de la carta de vinos. Esto requiere una gran habilidad para escuchar las necesidades y preferencias del cliente y adaptarse a ellas.
Los horarios pueden ser difíciles, ya que debemos estar disponibles durante las horas de servicio del restaurante, lo que incluye fines de semana y días festivos. Sin embargo, esto también significa que tenemos la oportunidad de trabajar en un ambiente dinámico y emocionante, rodeados de personas apasionadas por la comida y el vino, y de probar muchas joyas que si no fuera por nuestro trabajo, no estarían a nuestro alcance.
Además, es esencial mantenerse actualizado en cuanto a las tendencias, novedades y mejores prácticas en la industria del vino, ya que el sector es muy competitivo y cambia constantemente. Por eso es recomendable no dejar de formarse y realizar cursos de formación continua, asistir a ferias y degustaciones, y estar al tanto de las últimas tendencias en vinos y maridajes.
También tiene muchas ventajas, como la oportunidad de ser invitado a visitar las bodegas y conocer de primera mano el proceso de producción del vino. Los sumilleres tenemos acceso a catar una gran variedad de vinos, lo que nos permite disfrutar y a la vez, ampliar conocimientos.
Además, nuestro trabajo también nos permite viajar y explorar diferentes regiones del mundo, donde podemos descubrir las diferentes culturas y tradiciones del vino. Por tanto es una profesión que ofrece muchas oportunidades únicas para aprender.
En resumen, ser sumiller es una profesión exigente y desafiante, pero también es muy gratificante para aquellos que amamos el vino y estamos dispuestos a trabajar duro para ofrecer un servicio excepcional a los clientes.
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