Por Juan Luis García @sumillermurcia
HISTORIA:
Cangas del Narcea tienen una tradición vinícola que se remonta al S. IX, con la fundación del Monasterio de San Juan Bautista de Corias, y a partir de ahí el viñedo empieza a multiplicarse, ya que se produjo a partir de aquí la evolución agrícola y la vida fue ocupando su hueco, sobre todo en los valles de los ríos Navia y Narcea.
El vino de la zona fue recibiendo reconocimientos a lo largo de los años hasta que llegan aires de renovación a partir del S. XX, a pesar de la filoxera que se manifestó en 1889 en Asturias y de más de cinco mil hectáreas pasan a ser menos de dos mil.
Hay que hacer mención a José Uría, porque fue la persona que solicitó la protección del Vino de Cangas en 1929. En los años 90 se crea la Asociación de Productores y elaboradores del Vino de Cangas y en el 2001 se reconoce la denominación VT. De Cangas y posteriormente en los años 2009 la DOP Cangas hasta el día de hoy.
AUTENTICIDAD DE LA ZONA:
La DOP Cangas se caracteriza por la orografía de la zona, siendo un Valle donde la viña, las tierras más fértiles con arcilla y limo, fueron usadas tradicionalmente para cultivar cereal y pastos, de ahí que los terrenos más pobres y con mayor % de pizarra y esquisto, fueran plantada con viñedo por los monjes. Esto nos lleva a que existía gran diferencia en los suelos de los viñedos viejos en vaso y las plantaciones de los últimos 20 años.
En la subzona de la DOP Cangas, en el Concejo de Ibias, los suelos son ácidos y los estudios geológicos dicen que por aquellas latitudes fluía el Río Ibias hace millones de años y el suelo está compuesto por los aluviones y aluviones que arrastraba el río y depositaba allí. Con lo cual se encuentra con terrenos con muy abundante canto rodado de río, Sílices, cuarcitas y lajas de pizarra, en la composición edafológica del suelo en la fracción inferior a 2 mm da un terreno franco/arenoso lo cual tienen un buen drenaje evitando concentraciones de agua. También hay viñas plantadas en el margen derecho del río Ibias con suelos más pizarrosos que el margen izquierdo.
Las variedades de uva hacen que sea una zona auténtica. Albarín Negro (Tinto Serodo en el Concejo de Ibias), Carrasquín y Verdejo Tinto, así como la Albarín Blanco (Blanco Verdín en el Concejo de Ibias). También son utilizadas en las mezclas de los vinos tanto Mencía en tinta como Albillo, Moscatel de Alejandría en blanco entre otras. Pero aquí trataremos las variedades principales.
CARRASQUÍN: es una variedad de uva tinta antigua, de la que no se sabe a ciencia cierta de dónde viene el nombre, pero se puede aventurar que provenga de la relación de comparación popular con el carrasco (que es el nombre que se le da por allí al acebo): el carrasco posee unas duras hojas y la piel de la uva es más dura y gruesa que el resto de variedades y por tanto es bastante resistente. Presenta una acidez, tanicidad y grado alcohólico alto. Un vino que necesita de pulirlo tanto en barrica como en botella.
VERDEJO NEGRO: se dice que es la Merenzao de Galicia que en Cangas del Narcea se llama de esta manera. Vinos que nos dan unas tonalidades azul negruzca, con aromas de fruta negra y especiados. Son vinos densos, largos y con una buena carga tánica.
ALBARÍN NEGRO: también conocida como Pata de Perdíz. Es una cepa de vid que presenta racimos pequeños, con bayas negras poco tupidas, de color negro y hollejo fino y delicado, y de sabor dulce muy agradable. Se le considera originaria de Cangas del Narcea. Los vinos son de color negro algo rojizo, con graduación alcohólica media-alta y acidez elevada con recuerdos en boca a fruta negra en boca.
ALBARÍN BLANCO: es una variedad peculiar y muy escasa, que nada tiene que ver con el albariño, aunque su nombre sea semejante y a veces cree confusión. Se caracteriza por tener una gran frescura y una altísima intensidad aromática, conjugando los aromas herbáceos y de fruta cítrica, junto con los aromas de fruta tropical y de fruta verde en el postgusto.
GASTRONOMÍA:
Cangas del Narcea se ha hecho a si mismo por la situación geográfica y las incomunicaciones debido a las inclemencias meteorológicas. Por tanto, vamos a plantear una simulación de un menú y como empezar con los tintos pasando por rosado y terminando en blanco.
Pan de Ibias con Chosco de Tineo y Butiello, embutidos para tomar con un tinto tradicional de mezcla canguesa, Albarín Negro, Verdejo Tinto, Carrasquín y Mencía, PENDERUYOS de la bodega Antón Chicote. Un tinto joven y fresco.
Butiello con Repollo, plato tradicional de la zona para una combinación tradicional de un tinto, ESCOLINAS MEZCLA CANGUESA, una join venture de Coalla con la bodega Monasterio de Corias, para recuperar los vinos tintos de antaño de las 4 variedades tintas de la zona Albarín Negro, Carrasquín, Verdejo Tinto y Mencía, con 5 meses de crianza en barricas de roble sobre sus lías de al menos dos vinos.
Un plato típico como es el Pote de Berzas que en esta zona no suele llevar fabes. Un plato sabroso, contundente para contrarrestar con un vino rosado como es el VITHERAS LUCÍA con las variedades Albarín Negro, Mencía y Verdejo Tinto con una carga aromática importante y con una muy buena acidez para refrescar con la combinación del compango de (chorizo, morcilla y tocino).
Y tomar como de postre ese queso de la región, Queso Xenestoso elaborado con Leche de Vaca en el pueblo que le da el mismo nombre a más de 1.000 metros de altitud, un queso de graso a extra graso para un vino blanco de la variedad de uva por excelencia como es la Albarín Blanco, SIETE VIDAS en este caso y un vino que debido a su frescura y juventud es extraordinario para este queso.
Por personas como vosotros se mantiene viva la cultura del vino.
Gracias, Juan Luis y Alex
Hola Juan Manuel!! Muchas gracias por tu comentario en el blog. A todos nosotros nos une la misma pasión, el vino, y es un placer compartirla con vosotros. Un abrazo