Por Andrés Palomo
Son varias las costumbres o maneras de vivir el mundo del vino las que nos distancian del publico anglosajón. Aquí en este artículo voy a contarte las 5 mayores diferencias según mi experiencia más personal.
Soy Andrés Palomo y llevo trabajando dos años como sommelier en Londres, la mejor ciudad de vinos del mundo junto a Nueva York. Hasta hace poco he formado parte del equipo de sumilleres de 67 Pall Mall, el club de vinos más prestigioso del planeta, en el cual trabajaba con 900 vinos por copa diariamente de las bodegas más prestigiosas del momento, como por ejemplo Petrus, Sassicaia, Harlan Estate y Krug, entre otros. Este factor me ha hecho desarrollarme al máximo como profesional y poder estudiar al público inglés, analizando que aspectos o parámetros son los que nos diferencian de ellos. Aquí te los cuento:
1) Un público muy abierto
El registro de variedades y denominaciones internacionales es amplísimo. Recuerdo mis primeros días en Londres, lo impresionado que estaba al ver las bodegas que tenían los supermercados más famosos de la ciudad, como por ejemplo Waitrose y Lidl. Ambas cadenas disponían de más de 100 referencias de vino, y de gran calidad. En Reino Unido se apuesta mucho por el vino, de hecho, estos dos supermercados están asesorados por dos gigantes del panorama vinícola, dos Masters of Wine como son Tim Atkin y Richard Banfield. No es nada raro ver a consumidores no expertos hablar de Prosecco, Chateneauf-du-Pape, Sonoma o Barossa, por ejemplo.
Creo que el hecho de no ser una potencia productora de vino, junto a que es un país tremendamente internacional y multicultural, ha hecho que no se cerraran en banda en sus productos (al menos vinícolas) y estuvieran dispuestos a probar más allá. Últimamente los espumosos producidos en el sur del país están cogiendo fuerza, pero están lejos de ser un producto sustituible del Champagne, a pesar de tener unos suelos y una climatología muy similares.
2) País de sol
España es un país tremendamente cálido, en el que la temporada de sol se alarga prácticamente de Abril a Noviembre. Además, debido a los bajos precios y a la economía “humilde” en la que vivimos hace que seamos un país consumidor de cerveza. En 2019 se registraron en concreto 48 litros per capita de consumo de cerveza en nuestro país, frente a los 9 litros de vino. Un buen amigo mío dice: “nuestro enemigo es la cerveza” ante esta falta de equilibrio entre ambas bebidas.
Sin embargo, a pesar del conocimiento por todos del amor que existe entre la cerveza y el público anglosajón, son un excelente consumidor de vino, siendo el sexto mayor del mundo. Una mesa de 3 personas puede beberse al menos 4 o 5 botellas de vino. Aunque tengamos que defender el consumo responsable, las diferencias son notables, y deberíamos plantearnos algún tipo de cambio, ya que evidentemente hay cosas que no se están haciendo bien como industria.
3) Formación y cultura
Varias de las más grandes instituciones del mundo del vino han nacido, crecen o se han desarrollado en Reino Unido, como por ejemplo el Wine and Spirits Trust Education (WSET), el Court Master of Sommelier (CMS) o el Institute of Masters of Wine (MW), entre otros. Sus cursos de vinos son los más importantes a nivel internacional.
Uno de los alicientes para ir a Reino Unido a trabajar, además de seguir aprendiendo el idioma, es estar en constante cercanía con estas instituciones, ya que esta formación es la que te dará una sólida progresión en tu carrera como profesional del sector. Pues bien, otra de las historias que más me sorprendieron fue encontrarme con clientes que tenían la misma certificación que yo tenía, y no era algo habitual por el hecho de estar trabajando en un club de vinos. Un compañero de gremio que trabaja en la zona de Mayfair (la milla de oro de Londres) me compartía lo mismo. “En Londres vas a encontrarte a médicos, arquitectos, abogados, o personas de cualquier otra profesión que son verdaderos winelovers y dedican parte de su tiempo libre a estudiar certificaciones profesionales de vino”.
España está viviendo una revolución culinaria, y podemos presumir de estar a la cabeza de la gastronomía a nivel mundial. Los restaurantes cada vez están apostando más por buenos profesionales del vino, y los clientes se están dejando asesorar por estos mismos. La figura del sommelier está en un proceso de transición, y somos nosotros los que tenemos esa responsabilidad de ir compartiendo cultura para ir plantando unas bases, eso sí, sin perder la humildad que tanto falta en nuestro gremio.
4) Mercado profesional
Como decíamos anteriormente, Londres es uno de los gigantes del vino en todo el mundo. Pocas ciudades pueden presumir del cliente, de las referencias vinícolas, o de los profesionales que podemos encontrar en sus restaurantes y wine bars. La ciudad derrocha talento y contagia competitividad. Esta puede llegar a ser odiosa e incluso destructiva. Pero si esa competitividad la usas como tu propia “arma”, dará como resultado profesionales muy preparados, auténticos titanes que tienen libros fluyendo por sus venas.
Aunque en España tenemos la suerte de contar con excelentes profesionales durante los últimos 10 años, existe mucho conformismo, y esto lamentablemente también se contagia. Hay que estar en constante formación ya que el mundo del vino está en continuo movimiento y no podemos quedarnos atrás. ¿Sabías que Rioja puede hacer espumosos bajo su propia D.O.Ca.? ¿O que la D.O. Ribera del Duero puede producir vinos blancos? Debemos estar al día, es parte de nuestras responsabilidades como somms.
5) El precio
No todo iba a ser “malo”, ya que en España tenemos como consumidores una gran ventaja, la excelente relación calidad-precio en los vinos. A día de hoy, cada botella producida o importada en el Reino Unido tienen unos impuestos (VAT) cercanos a 2,50 libras esterlinas. Esto es una una subida considerable a los vinos de entrada, ya que 2 libras en un Petrus no se van a notar tanto como en una botella barata de Prosecco. Además, en Reino Unido los gastos fijos (como los alquileres y salarios) y variables son superiores, por lo que influirá directamente en el precio del vino.
Aun así, el consumidor de Reino Unido está dispuesto a pagar una cierta cantidad por una botella de vino, mientras que el español se muestra mucho más conservador y no quiere salir de sus “4 -R- a 20€ la botella” (las denominadas 4 -R- serían Rioja, Ribera del Duero, Rueda y Rías Baixas). Debemos abrir nuestra mente, confiar en nuestros profesionales y probar nuevos horizontes. Rompamos estas barreras que nosotros solos nos ponemos. Y sobre todo, como profesionales, recuperemos la confianza del cliente. Él no siempre tiene la razón, pero sí es el más importante. No le engañemos, no le defraudemos. Nos tenemos que convertir en storytellers de nuestros productores. Porque tenemos la gran suerte de ser una de las grandes potencias productoras el mundo, por cantidad, pero sobre todo y lo más importante, por la calidad. Aprovechémoslo.
Ahora te planteo un par de preguntas:
¿Debemos mantener esos precios tan bajos en el mundo del vino para intentar atraer al público joven con un producto más asequible?
¿O deberíamos incrementar nuestros precios, otorgarle el valor que se merece, y posicionarnos mejor internacionalmente aunque nos cause rechazo a corto plazo?
Recuerda que no hay vinos malos, todos tienen detrás un gran ejercicio de esfuerzo, pasión, paciencia y perseverancia. Santé.
Quiero más 😉, fenómeno
Hola José Manuel! Muchas gracias por tu comentario en el Blog de Grand Cru Academy. No te preocupes que dentro de poco tenemos más artículos interesantes para vosotros. Un abrazo.
Gracias Álex y gracias Andrés, interesante artículo.
Hola Adán! Muchas gracias por tu comentario en el Blog de Grand Cru Academy. Nos alegramos de que el artículo te haya parecido interesante. Un abrazo fuerte.
Gran articulo Andres , un afectuoso saludo #FeelWine 🍇🇮🇨🌍🇪🇺🍾🥂😙🍷⭐⭐⭐⭐⭐
Hola Santiago! Muchas gracias por tu comentario en el Blog de Grand Cru Academy. Te enviamos un abrazo.
Hola.
Resulta complicado responder a tus preguntas.
En mi humilde opinión,yo apostaría por incrementar los precios e intentar posicionarnos en un escalón más alto de precios,aunque por contra se está haciendo lo contrario, por lo menos en Rioja.
Soy viticultor en Rioja-Alavesa y al menos aquí la sensación que me queda es que ciertas bodegas grandes prefieren cantidad a calidad,otras más pequeñas están apostando por la calidad y se están posicionando muy bien en el mercado.
Pero como bien dices,nos falta mucho por aprender y por probar.
Gracias.
Un saludo.
Hola Gonzalo! Muchas gracias por tu comentario en el Blog de Grand Cru Academy. Como bien dices, algunas prefieren posicionarse con calidad a mayor precio y otras por el contrario van a volumen. Cada táctica es respetable, pero lo importante es que, aunque la bodega trabajen en grandes cantidades a precio económico, exista siempre un mínimo de calidad verificada por el organismo competente. Queremos clientes contentos que repitan, y eso se consigue cuando el producto ofrecido cubre las expectativas o las supera. Saludos
A mi una de las cosas que más me gustan son las bonded warehouses para coleccionistas vinos. Ha bastantes británicos que guardan los vinos allí a la espera de que se incremente el precio.. En la subida del precio de los burdeos y borgoñas que sufren desde hace 10-15 años hay gente que ha ganado mucho dinero aún pagando tasas y almacén.
Hola Jaime! Muchas gracias por tu comentario en el Blog de Grand Cru Academy. Yo desconocía la existencia de estos espacios, y me parece muy interesante que ofrezcan estos lugares donde poder almacenar con seguridad las botellas de vino. Desde luego que, al tenerlo fuera de tu casa es más probable que perdure en el tiempo, porque si lo tenemos en casa, seguramente nos beberíamos algunas de ellas. Un abrazo.
Andrés, escribes un gran artículo. Creo que muchos profesionales y winelovers españoles estarán de acuerdo con tus informaciones y tus reflexiones.
Aún habria que ir más lejos: habrá que cambiar muchas cosas. Sabemos que hay un enemigo a batir: la cerveza. ¿Qué ofrece y qué no ofrece el vino? ¿Qué facilita la cerveza frente a ciertas dificultades del vino? ¿Qué hacen nuestras administraciones para fomentar un consumo sano y sostenible?
¿Cómo se forman muchas personas que harán llegar el producto al cliente? ¿ Se valora una buena formación? ¿Se paga teniendo en cuenta esa formación?
Algunas entidades trabajan para fomentar el consumo; después vienen otras y lo tiran por la borda.
Yo, por supuesto que valoro la buena atención, los conocimientos teorico-prácticos, la buena difusión.
Nos falta aprender y aprender. Ser humildes, valorar a los demás, no encerrarnos en el terruño sin dejar de degenderlo.
Saludos
Andrés García.
Hola Andrés! Muchas gracias por tu comentario en el Blog de Grand Cru Academy. A mi modo de ver, creo que la cerveza ha llagado a más público que el vino por su sencillez tanto en el servicio como en la degustación. En nuestro país, sea cual fuere la cerveza, solo importa que esté bien fría, entonces su servicio y degustación se simplifica y está al alcance de cualquiera. En cambio el vino lo hemos hecho complejo entre todos, parece que debiéramos haber estudiado un curso de vinos para “entender” y degustar una copa de vino. Esto ha hecho que muchas personas prefieran pedir cerveza a pedir vino por no complicarse. Las administraciones tampoco ayudan ni fomentan el consumo responsable, y la formación escasea ya que por lo general suele tener un precio elevado y luego es difícil que en los trabajos se compense al formado. La situación no es sencilla, y es por eso que nosotros desde Grand Cru Academy ofrecemos cursos de alto valor formativo a precios populares, fomentando la formación accesible para la mayoría, que repercutirá en pro de la calidad en el servicio y el aumento del consumo. Un abrazo.
Gracias Álex y gracias Andrés, súper interesante experiencia.
Hola Nikola!! Muchas gracias por tu comentario. Me alegro mucho que te parezca interesante. Te mando un abrazo.